7.5.08

INTERÉS POLÍTICO


Vito Zúñiga*


La diversidad de problemas, ideologías y partidos políticos en la actualidad de nuestro país es muy interesante de analizar y bien valdría la pena hacerlo, pero algo más importante que analizar es el interés que la población tiene respecto a la política.

Es lamentable ver como solamente pequeños grupos de la población tienen interés en la política, independientemente que sus pretensiones se dirijan a esa ciencia social, se acercan para conocer y comprender la realidad social de nuestro país, pero la pregunta es: ¿a quién más le interesa? Obviamente a los políticos, a los estudiantes de ciencias sociales, pero el gran parte de la población no comprende bien la política e incluso no le interesa en lo más mínimo, puesto que en los sistemas educativos no es correctamente impartida la educación política. De lo anterior se desprende que de los medios de comunicación, “lo que diga la gente”, las promesas de los partidos políticos y, lo más lamentable, hasta por el simple hecho que algún partido político use ciertos colores o símbolos, la gente determine qué idea política pretende seguir (increíble de creer). Es reprobable la cultura política en nuestro país y no tanto por el interés de participar en ella, sino, por saber qué es lo que pasa con nuestro país. No es que la población tenga que conocer toda materia política, sino debe conocer los aspectos básicos como el sistema legislativo y la forma de gobierno.

Una cosa que si hay que puntualizar, es que el derecho político por excelencia es el derecho de votar. El problema aquí es que no todos los ciudadanos mexicanos que tienen la capacidad de goce y ejercicio, lo ejercen, ya sea porque no se han registrado en el padrón electoral o por abstinencia. Esto es deprimente, pues la democracia indica que el pueblo elige a sus gobernantes por mayoría de votos pero la participación de votantes en ocasiones no completa ni la mitad de los inscritos en el padrón. Peor aún, en el momento de la votación en ocasiones no conocen a los candidatos, ni su propuesta y se dejan guiar por los factores antes mencionados.

Un evento reprobable que se presenció en Ciudad Juárez, Estado de Chihuahua, respecto a la elección presidencial de la República para el periodo 2006-2012, fue que gran parte de los ciudadanos votantes acudió a votar con tal y que no fuere electo un candidato en particular. Esto es increíble respecto a la no tolerancia política de otras ideas, y peor aún no tener una propia o apoyar alguna, preferir echar a la basura el derecho del voto sólo por llevar la contraria a una tendencia denota ignorancia. Tenemos el derecho, como ciudadanos mexicanos, de elegir a nuestros gobernantes mediante la democracia y por mayoría de votos se elegirá la tendencia ganadora. Debemos aceptar nuestra voluntad plasmada en la Constitución Política, aunque los resultados no nos agraden pero respetar nuestro propio dicho fundamental.

Es importante el espíritu idealista, que cree en algo y que busca defenderlo independientemente de la naturaleza de su creer, siempre que busque un bien común. Desafortunadamente los intereses de algunos que siguen a estos idealistas buscan un beneficio propio y en lugar de impulsar el movimiento pretendido lo oscurecen e incluso lo llegan a destruir desde el interior. También desprestigiando a esta clase de movimientos lo hace la población que ni siquiera está enterada de las pretensiones del movimiento. Sin desmeritar el movimiento de las “Mujeres Brigadistas”, fue sorpresiva la respuesta a unas preguntas que le realizó un reportero de un noticiero de Televisión Azteca a una integrante del movimiento, las cuales fueron… ” ¿Cuál es el objeto de este movimiento señora?...a lo que responde – ps para lo de la reforma de la luz - ¿están a favor, en contra o qué es lo que reclaman? – (un poco nerviosa la señora y leyendo diversos carteles) ps que no haya reforma - ¿en qué le afecta si se llegara a dar la reforma? – pos que suban la luz, no? – gracias señora…” con agrado, al preguntarle a otras integrantes del movimiento sabían la razón del mismo y explicaron de manera concisa su actuar. Tal vez era la única persona que ignoraba lo que sucedía, pero hubiera hablado mal del movimiento si hubiera sido la única entrevistada.

Antes de apoyar o aceptar el desagrado por alguna tendencia política se debe analizar sus ideales y propuestas, ya que al seguir una tendencia por un beneficio propio sólo interesará el beneficio obtenido y al recibirlo se olvidará el objetivo de la tendencia. Sea cual sea la tendencia, llámese izquierda, derecha, ambidiestra, doble izquierda, socialista, etcétera…independientemente de los ideales y propuestas que contenga, debe tener el compromiso básico de buscar el bien común. No sólo decirlo, sino tratar realmente de cumplirlo. Sus integrantes deben tener compromiso social.

Pensar que el desinterés sólo se da por las razones anteriormente expuestas es no hacer bien la tarea. En la mayoría de los casos el poco interés que existe se da a razón que gran parte de la población está más preocupada por cuidar su empleo, por dedicarse en tiempo completo a los estudios, tener a su cargo y responsabilidad el mantenimiento de una familia, no contar con el tiempo o no creer en la política. Cualquiera de estas razones no son justificativas en su totalidad, pero están encadenadas también a la educación recibida, cierto conformismo social y la desinformación de la política actual.

La educación política, en cualquier momento de la escolaridad, es importante para crear la cultura en la población del ejercicio de los derechos políticos, la información de las tendencias actuales, la participación en una de ellas y hasta generaría tolerancia y respeto por otras tendencias.


* Estudiante de la Licenciatura en Derecho por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. vito.zuniga@gmail.com

1.5.08

PEMEX Y FASCISMO.


Carlos Gutiérrez Casas *



En los últimos días, hemos escuchado una serie de posiciones en torno a la reforma de la empresa más importante que existe en nuestro país –PEMEX. Hay quienes afirman que es necesario hacer vínculos de la industria petrolera con el capital privado: crean un diagnóstico catastrófico, lo difunden y justifican la privatización, mediante contratos de usos múltiples, para la exploración, explotación, refinación, transportación… del petróleo, además, usan los medios de comunicación para manipular la información e intentar hacernos creer que la reforma propuesta por el gobierno del presidente Calderon es lo mejor que le puede pasar a nuestro país, ya que con ella vamos a alcanzar, todos los mexicanos mejores niveles de vida (sólo hay que recordar que en cualquier campaña privatizadora, de aumento de impuestos o de reforma de la seguridad social, siempre se nos ha prometido inútilmente los mismo).

Por otro lado, existe la postura que compartimos millones de mexicanos que no es necesario, en principio, la inversión de particulares para la transformación de PEMEX; la industria petrolera mexicana tiene la capacidad, por sí sola, para invertir los recursos suficientes en materia de investigación, tecnología, exploración, refinación, exportación… El problema radica en que el gobierno federal se ha empecinado en absorber todos los recursos que obtiene PEMEX para solventar los gastos de gobierno, por la incapacidad que se ha para lograr una reforma fiscal de carácter progresista y ampliar su base fiscal y, de esa manera, no depender tanto de los recursos del petróleo.

Claro que existen soluciones alternas para fortalecer a PEMEX, sin necesidad de utilizar el capital privado. Sólo es cuestión de entablar un diálogo nacional y escuchar con calma a los expertos en esta materia, pero, es aquí donde estamos empantanados, ya que quienes defienden la propuesta de la reforma del gobierno, se empeñan en aprobarla por la vía rápida, sin debate alguno y sin que intervengan otros actores que no sean los políticos de siempre, ya que saben con claridad que si se abre un diálogo nacional, se pone en peligro los intereses que tienen los que siempre han gobernado nuestro país, empresas privadas, extranjeras y un pequeñísimo grupo de “empresarios” mexicanos, asociados con la corrupción de las élites políticas que tienen secuestrado a nuestro país. En este sentido hay que aclarar que no son los partidos políticos, sino un grupo oligárquico que se ha adueñado de ellos.

A pesar de este panorama, existe una sociedad organizada que está tratando de impedir que se de un albazo a la reforma energética, en forma responsable y pacífica; sin embargo, aquéllos que no están de acuerdo en tal manifestación, han distorsionado, aprovechándose de los espacios públicos de comunicación, las medidas que se han tomado para no permitir el madruguete legislativo y los han acusado de ser un movimiento violento y fascista –sólo véase el spot donde se compara a AMLO con Adolfo Hitler, Benito Musolini o Victoriano Huerta. Específicamente en nuestra comunidad así lo han manifestado el senador por Chihuahua, Ramón Galindo Noriega y, el diputado federal, por el municipio de Juárez, Cruz Pérez Cuellar. En ese sentido no sé si los legisladores en mención han hecho tales calificaciones del movimiento tratando de manipular la realidad o si son ignorantes de la historia y de lo que representó el fascismo en Alemania, Italia Japón, en la segunda mitad del siglo anterior.

Si existe alguna semejanza de aquélla época con la que vivimos hoy en día, sólo hay que observar cómo se ha estado militarizando nuestro país, violentando el Estado constitucional, los derechos humanos y el precario proceso democrático. Aniquilando todo poder como el de la Suprema Corte de Justicia, el gobierno de las entidades federativas y los gobiernos municipales, con el pretexto infame de resolver el problema de la inseguridad pública; además, utilizar indiscriminadamente los espacios públicos de los medios de comunicación para desvirtuar la realidad de la industria petrolera y justificar las acciones militares.

Ningún país que se jacte de ser democrático se permite que se alteren las instituciones y violen los derechos humanos, violando la constitución, ni si quiera cuando la gran mayoría de la población así lo determine. Un orden constitucional democrático y el respeto de los Derechos Humanos son incuestionables en cualesquier circunstancia; sin embargo, en una Estado con gobierno autoritario, cualquier acción que viole el Estado constitucional y que no respete los derechos humanos, es justificable.

En estos días, en lugar de propiciar enconos entre la sociedad mexicana. Por ello, propongo que se dialogue, que se establezca una agenda nacional para discutir la reforma energética, -no es la más importante, sino la reforma educativa-, se escuche a los expertos con atención, dada la materia técnica que representa una reforma a la industria petrolera, se informa ampliamente a la sociedad, si demagogia alguna y, por último, se tome una decisión en la que se preserve a PEMEX como una institución de todos los mexicanos y en beneficio de todos los mexicanos.

* Mtro. Investigador del departamento de Ciencias Jurídicas en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. carlosg7202@hotmail.com
Un Sistema Federal Sólido en México


Brenda Berenice Acosta Rivas[1]

El federalismo es una forma de gobierno, una técnica constitucional para organizar a los poderes públicos, por lo tanto se puede partir de la idea plasmada en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 40:
"…Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental…"
Luego entonces México es una República Federal, por lo tanto quiere decir que en nuestro país hay dos tipos de gobierno con sus respectivas leyes: el gobierno de cada una de las entidades federativas y el gobierno federal.
Algunos autores como Rainer-Olaff señalan que el federalismo debe cumplir al menos dos funciones:
1) La separación y delimitación del poder por medio de una división de poderes, así como dar protección a las minorías a través de la autonomía territorial.
2) Cumplir un papel integrador en sociedades heterogéneas, puesto que el federalismo tiende a conectar un cierto grado de unidad y un cierto grado de multiplicidad. Su función es la de integrar objetivos sociales diversos.
Existe la separación y delimitación del poder, pero ¿realmente se da la protección a las minorías? ¿El federalismo mexicano tiende a buscar la unidad para integrar objetivos sociales diversos?
Lamentablemente la respuesta es negativa, basta observar la desigualdad a la que ha sometido el sistema federal mexicano a cada una de las entidades que lo integran, ya que las diferencias que existen entre un Estado y otro son abismales, basta comparar un Estado del norte de la República con uno del sur para darse cuenta de la inestabilidad que sufre el país en materia de seguridad, salud, educación, generación de empleos, solamente por mencionar algunos; ocasionados por la falta de consolidación del sistema federal produciendo que se rompa el equilibrio y la unidad nacional.
Para alcanzar los fines que persigue el federalismo es necesario que dicha forma de organización política se convierta en un sistema sólido, pero de qué depende o cómo se llega a la consolidación de un sistema federal, los principales puntos a considerar son:

a) Perseguir como objetivo principal el equilibrio entre una entidad federativa y otra, debido a que no se puede hablar de igualdad en toda la extensión de la palabra, ya que se tiene que atender a las necesidades de cada Estado en particular, es decir, buscar las fortalezas de cada Estado en cuanto a su ubicación geográfica, recursos naturales que se puedan implementar para la creación de una entidad productiva con un mínimo de problemas económicos, atender a los principales problemas a los que se enfrenta cada Estado en materia de salud, educación, seguridad, generación de empleos, etc.

b) Colaboración de entidades federativas, es decir, no más Estados pobres ni ricos dentro de un mismo sistema federal, los Estados que han logrado alcanzar un nivel alto respecto de otros que se encuentra en pobreza extrema tiene la obligación de ayudar al que no lo ha conseguido, el cual contraerá la misma obligación una vez que haya alcanzado superar sus deficiencias.

c) Se requiere una coordinación y verdadero compromiso de los gobiernos estatales, municipales y federal para la creación de programas eficaces y la firma de acuerdos que permitan la colaboración de una entidad federativa con otra, fomentando la construcción de políticas pública intergubernamentales que permita la participación activa tanto de los Estados como de los Municipios sin sujetarse estrictamente a la política pública federal, evitando una centralización disfrazada.

d) El primer objetivo que se debe de tener en mente para lograr el equilibrio entre una entidad federativa y otra, consiste en pretender alcanzar una cohesión social que unifique a todo el Estado mexicano.

La principal interrogante en un país en el que no funcionan sus instituciones, sus gobernantes, así como el resto de sus funcionarios públicos, es cómo hacer qué tal situación cambie, cómo reestructurar al Estado; siendo el gran misterio a resolver la investigación de la formula que logre cambiar al Estado mexicano, entre "Seudo Reforma de Estado", "Reformas Para el Estado" o "Leyes Para la Reforma de Estado".
La atención de quienes pretenden llevar a cabo una Reforma de Estado se debe centrar en el fondo del problema, enfocarse en la estructura que el Estado mexicano decidió constituirse, lo cual conducirá a un análisis profundo de las deficiencias y fallas del Estado actual. Por ello debe ser un tema prioritario el lograr un sistema federal sólido para cualquier Estado que haya decidido optar por tal forma de gobierno, pues la falta del mismo provoca que se rompa el equilibrio y la unidad nacional, generando un caos en todo el país.
Todos los intentos para la reforma de un Estado serán inútiles si no existe el interés, así como el análisis adecuado de la forma en la que se encuentra constituido el Estado actual, por lo tanto no solamente basta hablar de un sistema federal sólido, sino también es necesario entrar al debate y estudio de cada una de las características que el artículo 40 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece.

[1] Estudiante de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. acosta.breda@hotmail.com